La característica de este tipo de navegación, no solo
implica encontrarse bajo una atmósfera marina altamente corrosiva de forma
permanente día y noche, sino que también, al pasar los buques por diferentes
zonas climáticas, desde el hemisferio Norte al hemisferio Sur y viceversa, y en
latitudes diversas (desde el ecuador hasta los polos), entra dentro de la
normalidad pasar de climas tropicales con elevadas temperaturas, a ambientes
gélidos con temperaturas de congelación.
Todos estos cambios de clima, al producirse de forma
repetitiva ejercen un efecto no solo de fatiga termomecánica, sino también un
proceso acelerado de corrosión extrema en los materiales metálicos.
Para evaluar este tipo de efectos, la mayoría de las normas
contemplan tres tipos de ciclos: Ciclo A, Ciclo B y Ciclo C, los cuales se
presentan en la siguiente figura:
En estos gráficos, además de las fases de spray salino,
pueden apreciarse las variaciones de temperatura (trazo rojo) y las variaciones
de humedad relativa (trazo azul), en función del tiempo, con sus
correspondientes rampas y mantenimientos.
Para realizar este tipo de ensayo se emplean las cámaras de
estrés climático corrosivo, las cuales combinan los cambios térmicos,
climáticos y de corrosión por niebla salina, de forma cíclica y repetitiva.
CCI viene colaborando con diversas asociaciones y entidades
en la elaboración de diversos proyectos de norma de aplicación internacional
mediante el uso de cámaras de ensayos acelerados.
A este respecto es de destacar que este tipo de sistemas de
ensayo son utilizados por los más prestigiosos laboratorios de investigación,
tales como el Centro Nacional de Investigaciones metalúrgicas CENIM,
perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Empresa Nacional
Siderúrgica etc., Construcciones Aeronáuticas, AIRBUS, Ministerio de Defensa,
etc., y las compañías más relevantes del sector, entre otras entidades públicas
y universidades diversas.